Nace una Idea.


Yo había comenzado a incursionar en el arte, desde temprana edad, (siete años), en el Taller de Expresión Plástica "La Gaviota". Hice dibujos en tinta china, esculturas en cerámica, máscaras en papel maché, y mis primeras pinturas al óleo. Ir al taller era una fiesta, salía de la escuela (Colegio Nacional José Pedro Varela), y a dos cuadras por la calle Colonia, aquellos mágicos miércoles, tenía mi clase. Los arquitectos Elena Porteiro (quien luego fue mi docente en la facultad de arquitectura en la materia Expresión Plástica) y Tino Manta, eran mis maestros. En el mismo lugar, se gestaba en aquel entonces "Canciones para no dormir la Siesta", en la Gaviota trascurriendo el año 1975, Martín Buscaglia eran un niño rubio que tenía alrededor de un año, Nancy Gughich tenía grupos de Expresión Corporal. Susana Bosch y Horacio Buscaglia también tenían un espacio en La Gaviota.

Los años negros de la dictadura, robaron a El Galpón su teatro, teniendo que pasar todos a la clandestinidad, y llamando a esa sala (¡Milicos Atrevidos!) 18 de mayo. Canciones para no dormir la siesta estuvo dormido, valga la redundancia, en aquellos años negros. Mi valija de óleos, que hoy conservo me la regaló mi padre, en 1978. Me acompaña desde entonces a la fecha.

Mucho tiempo después, sentí la necesidad de volver a conectarme con mi ser.artista.

Fue entonces que ingresé en le Taller del Maestro José Arditti, en una hermosa esquina con vista a la plaza Zabala.

Allí conocí a Gerardo, ya entonces él pintaba como los Dioses, los recuerdo que tengo suyos de aquella época era su paciencia infinita para dar aquellos acabados perfectos a sus obras (ya entonces Gerardo era surrealista), aquellos cuadros eran perfectos, ni una línea de más, ni una línea de menos.

Compartimos en los años 1988 y 1989, Gerardo era el apoyo, el que me ayudaba a darle el toque a "esa cara de mujer" que parecía una croqueta, porque estaba dura, o su nariz, ojos y boca, desproporcionados.

Gerarado partió rumbo a Ibiza en el año 1990, yo seguí un tiempo más en el taller, realizando la exposición colectiva en B'Nai Brith, con los artistas Bernardo Korzeniak, Corina Epis, Miguel Vincens, Alicia Zabala, y yo.

Cuando fui madre, abandoné la pintura.

Muchos son quienes me dicen que debo de volver.

Ahora estoy abocada a la literatura, y primero ni se me había cruzado por la cabeza la idea de volver a pintar. Pero me ocurre un extraño fenómeno. Primero fueron dos cuadros para la conmemoración del primer año de Espacio Mixtura, luego, participé por Espacio Mixtura en el día del Patrimonio, con dos obras, en el Rincón de la escritora, artista plástica y cantante Adelaida Fontanini.

Más adelante, Adelaida un día me preguntó: ¿Anna, tú tenés diez cuadros? - Si- Quiero hacerte una exposición individual. Fue realmente maravilloso, y estuve en el Rincón de Adelaida Fontanini en el Mercado de la Abundancia con ocho obras.

Más adelante, Ruth Devita, presidente de Plásticos Unidos, me ofreció unirme. No lo duré. Era mi momento. Participé de una exposición colectiva en el Palacio Legislativo, otra en el Casmu, y de una individual en la bombonería Natty Bom.

Me entrevistaron en CX46 Radio Fénix, donde expuse qué era lo que me inspiraba a la hora de La Creación. Un paso he dado, antes ni consideraba la posibilidad de volver a los pinceles. Ahora, lo considero un poco más.

Reencuentro con Gerardo. Año 2010.

Sara Yahni, dio conmigo porque se estaba organizando un homenaje a la obra de José Arditti, un hombre que nos dejó con tantas cosas por pintar, por gritar, por mostrar... tenía cincuenta y cuatro años. Ya casi han pasado veinte años de su desaparición física. Por momentos me resulta increíble, parece que fue ayer, que fuimos a ese medio tanque luego del vernissage en B'Nai B'Rith, y luego esa mesa larga, festejando nuestros futuros.

Fue todo uno. Sara me contactó, me contó del homenaje, al cual por supuesto me uní. Y un día le pregunto a Sara: ¿Tú te acuerdas de Gerardo Marcorighi? - Si - Respondió.

A la semana, Sara me escribió diciedome: "Anna, di con Gerardo Marcorigui, esta es su web page". Una emoción se apoderó de mí, y así retomamos contacto.

Veinte años han pasado. Hace más o menos una semana, se me ocurrió escribir poesías asociadas a las obras de Gerardo.

Lo que resultó nos gustó a los dos.

Entonces, charlando ayer, se nos ocurrrió crear este espacio, el cual por supuesto es abierto, no sólo se trata de mostrar nuestras obras, sino de crear un ámbito para pintores que recién comienzan, sólo nos deben de enviar su nombre, currículum y foto de las obras, que Gerardo y yo asumimos el compromiso de difundirlos.

Cabe destacar que Gerardo hoy vive de su arte, es realmente un genio surrealisa.

Así que por acá los esperamos a todos.

Gerardo Marcorigui- Anna Donner Rybak
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